Un sacerdote no puede mantener la equidistancia ante la pobreza y las injusticias infligidas al pueblo por el gobierno de Eduardo Frei Montalva (Chile), y debe luchar constantemente entre su obediencia a la jerarquía de la Iglesia y sus deseos de tomar un papel más activo en la revolución obrera que se está planeando en el puerto de Valparaíso en 1967.
El cartel de la película fue bastante controvertido, dado que muestra a un sacerdote empuñando la mano izquierda y a punto de lanzar una piedra con la otra mano. Incluso hoy en día se pueden ver reproducciones del cartel en stencils y grafitis callejeros en Santiago.
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