Un jefe de la mafia y su familia son trasladados a un pueblo tranquilo en Francia bajo el programa de protección de testigos después de delatar a la mafia. A pesar de los mejores esfuerzos del agente Stansfield para mantenerlos a raya, Fred Blake, su esposa Maggie y sus hijos Belle y Warren no pueden evitar recurrir a viejos hábitos al manejar sus problemas de manera "familiar". Se produce el caos cuando sus antiguos compinches de la mafia intentan localizarlos, y las cuentas se ajustan en los escenarios más improbables.
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