Chaplin era el único cineasta en Hollywood que seguía realizando películas mudas cuando el sonido ya estaba plenamente implantado en el cine, y esta fue su primera película sonora.
Por un malentendido, un humilde barbero judío, se encuentra ocupando el sillón del gran dictador de Tomania, gracias a su gran parecido con el tirano, un tirano que culpa a los judíos de la crítica situación que atraviesa el país. Emocionante alegato antifascista firmado por Charles Chaplin.
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