Cuando Cosimo, un delincuente de poca monta, consigue sonsacar a su compañero de celda, condenado a cadena perpetua, cierta información sobre el que podría ser su último golpe, ya no tiene más que una cosa en mente: salir de prisión para hacerse con el botín. Es una ocasión única. El fin de los robos cutres y un montón de dinero asegurado. Muchos son los que se apuntan a este robo tan fácil como ventajoso: Riley, un artista fracasado, que necesita alimentar a su bebé; Leon, que busca un modo de garantizarle el porvenir a su hermana; o Toto y Basil, el “gigoló”, que lo ven como la oportunidad de su vida. Un boxeador “amateur” llamado Pero se suma a la danza, aunque su verdadera intención es jugársela a Cosimo.
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