Francia, siglo XVIII, una misteriosa bestia monstruosa hace cundir el pánico en las montañas de Gévaudan, donde aproximadamente 100 personas ya han perdido la vida. El pueblo francés tiene miedo, y no es para menos, se trata de un monstruo surgido del mismísimo infierno como un castigo de Dios. Ante el terrible panorama, el Rey Luis XV ofrece una suculenta oferta a aquél que consiga dar caza a la bestia. Así, Gregoire de Fronsac, un valeroso caballero, es enviado a la región de Gévaudan para hacer frente al monstruo. Éste, frívolo y racional, es acompañado por el extraño y taciturno Mani, un indio de la tribu Mohawk.