Durante la Gran Depresión, Ned y Jim cumplen condena en una cárcel del norte de Estados Unidos, gobernada por un cruel alcaide. Los dos convictos consiguen escapar junto a Bobby, un peligroso criminal que iba a ser ejecutado en la silla eléctrica. En la fuga, Ned y Jim llegan a un pueblo cercano a la frontera con Canadá, que desean cruzar para alcanzar la libertad. Allí son confundidos con dos sacerdotes, a los cuales esperan en un monasterio católico. El malentendido les ofrece la oportunidad de salir del país sin llamar la atención, por lo que los dos presidiarios fingen ser curas. De este modo pueden participar en una procesión que se dirige a una iglesia de Canadá. Los participantes en la peregrinación deben ser acompañados por alguien que necesita ayuda. Para ello, los dos impostores cuentan con la colaboración de una prostituta del pueblo.
