En noviembre de 1919, Albert un gran ilustrador y Édouard un contable son dos de los supervivientes de las trincheras de la I Guerra Mundial. Tras el fin de la contienda, deciden unirse y llevar a cabo una estafa relacionada con la conmemoración y los monumentos dedicados a los fallecidos en la guerra. Un trabajo difícil pero increíble en aquellos años.