Una historia del Bronx, dirigida por Robert de Niro , procede de una obra de teatro semiautobiográfica que escribió Chazz Palmintieri para desarrollar sus facetas interpretativas: sobre el escenario se ocupaba de todos los personajes. En la pantalla, se quedó con Sonny, el elegante y filosófico gángster del Bronx que marca un modelo de heroismo para el pequeño Calogero cuyo padre Lorenzo es un honesto conductor de autobús que le tiene alergia a la mafia: “El verdadero héroe es el hombre que se levanta por las mañanas y va a trabajar para mantener a su familia”. En los años sesenta, cumplidos los diecisiete y convertido en el chico preferido de Sonny, Calogero se enfrenta a un dilema: debe escoger entre dos modelos de conducta social opuestos, en el peor de los casos entre dos figuras paternas que se disputan su amor y su respeto.
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